El planeta está hecho puramente de hierro. Tanto las varillas que le dan forma esférica como las planchas que sirven de apoyo y las placas que representan los continentes son todas de hierro. Como detalle menor, la figura de escayola tiene un esqueleto de varillas de hierro y los “grilletes” que lo sostienen al mundo también son de hierro. A las planchas y las tiras de hierro se les dio la forma cuasi-esférica forjándolas y a golpe de martillo sobre un molde una vez el hierro estaba caliente. Todas ellas fueron unidas mediante la soldadura.
Por último, a los continentes se les dio pintura metalizada en spray para que sobresaliesen del resto del material férrico. El problema es lo poco preciso que es el spray y se tuvo luego que pasar varias veces un trapo empapado con disolvente para eliminar pintura que había saltado a hierro que no debía de estar pintado. La escultura está creada con hierro para representar la dureza y la frialdad del mundo, de cómo La Tierra en sí es fría hacia los seres y que estamos atrapados en ella, y que el hombre se atrapa en sí mismo a ella. Como si no se pudiese huir. Se intentó representar cierta carga emocional de resentimiento en el personaje, queriendo representar la desesperación y la impotencia de no poder salir, de ahí que esté encadenado en el interior del planeta (como si el mundo fuese una cárcel). El personaje no es demasiado complejo estéticamente, pues lo que principalmente se ha querido representar ha sido el rostro de dolor o frustración sin querer detallar mucho más para no ensombrecer esos rasgos. El personaje además es confuso en cuanto a raza, sexo y, ligeramente en edad, pues intenta demostrar que ese sufrimiento lo puede padecer cualquiera. La figura es de escayola, un material más blando que el hierro, de ésta manera he querido representar la blandura de la gente y, si se agrietase, lo frágiles que somos.
