Y ahora a explicar de qué va cada viñeta de las ilustraciones (atención, puede herir la superficial sensibilidad de cualquier sensacionalista de turno y luego ponerme a parir de que si soy machista u homófobo):
Separación: el primer punto es la representación de un suceso que en muchos individuos
puede suponer el primer paso de la desdicha. Por el ropaje del hombre se entiende que es inocente a la situación pero de tendencias que rozarían lo perverso (por los pantalones negros). La mujer por otro lado tiene un predominio de azul en su ropa en representación de su fría personalidad, y para darle gusto a la situación el pelo recortado de la mujer es una indirecta a su posible lesbianismo. La parte de la alfombra por la que pasa el hombre tiene pequeños jirones, símbolo de que para él, la perdición acaba de comenzar.
Tristeza: la frustración, el no lograr las metas se manifiesta de diferentes maneras, pero he aquí la que casi nunca falta: la tristeza, siempre claro, ésta tiene diferentes grados, desde la más inadvertida hasta la más fuerte.
El chico no lleva zapatos, en alusión a la pureza y transparencia de su personalidad (es lo que se le suele llamar en psicología popular como “chico bueno”), azul de frialdad en sus sentimientos para los pantalones, blanco para su aspecto inocente y llevando consigo un “sambenito”, en referencia a algunos tebeos españoles del siglo XX en el que representaban la estupidez mediante “sambenitos”. Al lado del “estúpido”, tendríamos su debilidad, la pila de libros, la representación de la sabiduría y la academía, obstáculo para este protagonista frustrado. Que la alfombra esté en buen estado significa que, pese a que está en un momento negativo, sabe manejar la situación.
Trauma: esta fase siempre se crea, ya sease desde que se nace o incluso cuando ni siquiera hemos salido a éste mundo, el trauma puede surgir de cualquier desgraciado e imprevisto suceso que nos traslada al shock más dramático. Sus ropajes inferiores son oscuros, en referencia a la frialdad de su personalidad, pero afable en toques superficiales (dado que su jersey es de un granate un tanto chillón). Es irónico, que normalmente se dice que los traumas infantiles son los más graves, pero el hombre que se muestra aquí es un cincuentañero a punto de entrar a los sesenta; en sí, es una referencia a que nunca es tarde para tener una experiencia traumática que afecte más que ninguna cosa que haya podido suceder antes.
Comparecencia: he aquí el topo de la torre, es este el recuadro que se ha tomado como enlace a la siguiente torre y que ambas se unen para formar la complejidad del razocinio humano, constante caldero ebullente de emociones. Pese a que en la viñeta la acción se centra en el personaje entristecido (el de la derecha) es en sí el acto que se representa puro positivismo de la humanidad. ¿Verdad que los dos chicos que apoyan al deprimido tienen vestimentas un tanto...coloridas? es una insinuación a su orientación sexual, nada más (nota en cómo mira el chico de la derecha). El chico entristecido por otro lado luce unos extremos de blanco y negro, como personalidad ambivalente. Se ha de dar importancia que la luz focal esta más cerca de los personajes animados que del que estaba desanimado.
Histeria: un suceso cercano (en varios sentidos) puede desatar el descontrol del sistema nervioso y estallar en un ataque de sonoros alaridos, excitaciones y rabias. La alfombra parece comida literalmente, debido a la intensidad destructora del sentimiento. La chica de la izquierda (la que ha bajado toda una planta corriendo de hecho) se está pellizcando la cara; es éste acto una referencia a las manías que tienden a surgir tras episodios traumáticos. Ambas mujeres tienen una estética de “coqueta” (simplizada), pero de dos tipos de coquetería, dos tipos de cuidado superficial. Las ropas de ambas tienen en común que son de colores llamativos por arriba, pero de negros zapatos, ambas en referencia a que mientras que son unas arquetípicas mujeres que se muestran por fuera como extrovertidas, alegres y que puedan sufrir como ninguna (aparentemente) la desgracia que acaban de presenciar, por dentro son en realidad unas víboras que darán más importancia al suceso que a la persona implicada. El que sean mujeres es una generalización (admito que a la ligera) de que normalmente éstas son más proclives a padecer los episodios de histeria de manera más visible y pública.
Muerte: o mejor se podría decir suicidio, un hecho puramente humano, el de la autodestrucción. El hombre está completamente desnudo, significando que ante la muerte se muestra tal y como es en realidad, no tiene ya nada que esconder ni nada que mostrar a nadie salvo su cuerpo, sin nada en especial que lo identifique.
Euforia: Cuando la risa y la alegría son descontroladas...cuando se roza la locura...cuando simplemente, ríes por no llorar y se toma como método psicológico casero. He aquí la euforia, el veneno derramado por una estimulación hueca. Sin prendas inferiores, a parte de mostrar que se su excitación lo ha descuidado también indica que se muestra como tal, aunque no de manera muy agradecida; la camisa blanca significa su bondad vendida a la euforia. Que tenga la alfombra arrancada justo en donde está el chico y que éste no lleve pantalones ni calzado es una alusión a las drogas que provocan euforias delirantes (como la cocaina o el, nunca mejor nombrado, éxtasis).
Ira: de las más odiosas puede ser ésta sensación, la ira, debilidad disfrazada de león rugiente, pues es la ira que aquí se presenta como la manifestación de la amargura que tan poco puede soportar el grasiento hombre de la derecha, el cual luce con ropas sucias en referencia a su personalidad descuidada. Por otro lado el chico que se ha acercado al seboso y que pese a su buena intención de apoyo solo recibe repulsas es una referencia a la honestidad de algunas personas, las cuales tras mezclarse con individuos de calaña despreciable como la del gordo, quedan con su honestidad manchada, de ahí que en la espalda de su camisa tenga algo marrón (como lo que tiene el tipo iracundo)...un carácter alegre (por el amarillo de sus ropas) oscurecido por un desalmado. La alfombra acaba donde se encuentra el gordo, ya que es este tipo una caricatura de esos seres que no atenderán a razones por mucho que se les intente explicar nada y el escenraio está roto, pues es la ira un impulso destructor contra lo que rodea.
Indiferencia: "¡Me da igual!" Otra sensación odiosa y peligrosa, más incluso que la anterior, quizás porque es la negación de todo sentimiento y ello desenlaza a la deshumanización del individuo. Es de detallar el aspecto que posee la individua, pues tiene un aspecto de moda alternativa rebelde (indie, popularmente conocido) y a la moda alternativa irónicamente consumista (hipsters se hacen llamara), es su estilo una referencia a la pasividad e individualismo propios de la sociedad moderna, contemporáneas (casualmente, supongo) a ciertas estéticas. La tipeja tampoco tiene líneas de movimiento, ya que lo que se quiere expresar es no es sino un monigote, una autómata falta de humanidad, que no ha prestado importancia ni siquiera al suicidio del chico de abajo pese a que una chica a su lado acababa de salir gritando y chillando hacia abajo
Desesperación: tristeza prolongada, una caida por demasiado tiempo, no ver ninguna salida...la desesperación es el último recurso de todo tratamiento, es la última carta, la última “solución” que tenemos ante cualquier situación, una vez en la desesperación poco más se puede hacer...salvo buscar algo en el que fortalecerse de soluciones. La alfombra está muy degradada, hecho de que la mente del protagonista está muy herida (emocionalmente hablando). El tipo lleva una indumentaria que simboliza aquello que le gustaría tomar (unas vacaciones al sol, nótese la camiseta hawaina) pero que no puede por la intensidad de sus esfuerzos, por su stress emocional provocado por un factor externo. El reloj es el tiempo, el tiempo que pasa sin que surja solución alguna.
Depresión: el dibujo es oscuro, tal como el panorama en el que cae el hombre inmerso en la depresión, no hay color ni luz, solo oscuridad y vagos brillos de esperanza difícil de tomar en cuenta. No parece ser necesario decir más, esta es la caída (o la ascensión, dicho en éste caso) a la oscuridad.
Desaparición: el final del individuo, el final de una persona a veces no es la muerte, sino el que nadie la recuerde, que nadie la conozca, no ser nada para nadie, esté viva o muerta. Ser nada para nadie es ser un fantasma, una sombra de carne. La alfombra acaba aquí, y el protagonista ya no es sino nadie, está fuera, ha dejado la realidad a vista de los demás. El ser humano es por esencia un animal social, incluso el lobo solitario quiere compañía alguna vez...de hecho es lo que más desea ¿qué desea el solitario (empedernido, que no voluntario)? dejar de serlo ¿y qué desea el olvidado? ser recordado aunque sea solo por una persona.
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Largo ¿eh? quien haya leído hasta aquí todo entero, le regalaré una bolsa de caramelos de menta. Y si luego quiere discutírmelo, le haré hasta un flan.